jueves, 16 de octubre de 2008

"Le Dernier Voyage"-Hace 215 años Marie Antoinette


París 16 de octubre de 1793, avanza lentamente una vieja carreta arrastrada por un caballo entre la multitud reunida, todos miran al personaje que viene en ella; unos con curiosidad, otros con odio, abuchean, insultan y maldicen, pero sin inmutarse aquella dama permanece en silencio y con tal tranquilidad que provoca más furia entre la masa, que es controlada por los soldados; atravesando el gentío, se dirige hacia la nueva Plaza de la Revolución, ex plaza Luis XV, antes de empezar la tumultuosa revolución francesa; aquella dama es nada más ni nada menos que la Reina de Francia, o eso fue hasta que se convirtiera solamente en la viuda Capeto en enero del mismo año, su nombre es María Antonieta Josefa Juana de Habsburgo Lorena decimoquinta hija del Emperador Francisco José y de María Teresa de Austria Reina de Austria, Hungría y Bohemia, está descendiente de Emperadores, Reyes, Archiduquesas en fin, con un árbol genealógico impresionante; esta ahora dirigiéndose al cadalso donde terminara su vida, es consciente de aquello, así que lo único que le queda es salvar su honor y su alma eso nunca se lo arrebatarán, a pesar de cualquier edicto, ella siempre será la Reina de Francia por gracia de Dios, y así se enfrentará a todos y hasta la misma muerte con una dignidad, orgullo y fuerza.

El morbo se apodera del populacho alrededor de diez mil personas se han reunido y quieren ver rodar ya la cabeza, de la loba austriaca como ellos la llaman vulgarmente; lleva las manos atadas con una áspera cuerda que le lástima, pero no muestra ningún síntoma de debilidad por más que hagan cualquier cosa para humillarla no lo lograran, porque cuanto más bajo es empujada, más grande se hace su ser; la muchedumbre al ver que lleva atada las manos con una larga cuerda que al final tiene empuñada su verdugo queda impresionada por semejante humillación, lentamente el vil espectáculo se lleva a cabo; delante de la carreta el Comandante Grammont espada en mano grita :

“aquí tenéis a la infame Antonieta”, “se ha fastidiado, ahora si amigos”.

En la esquina de la calle Saint – Honore, esperaba un hombre ansioso, lleva papel y lápiz es Luis David Jacques quien hace un patético boceto del semblante de la reina rumbo al cadalso; desde muy temprano se ha reunido medio París, se vende panfletos, caricaturas, periódicos, algo para comer o beber, en medio de todos se encuentra la guillotina recién afilada para su sangriento propósito, mas allá sobre un pedestal se encuentra la estatua de la libertad, como testigo del evento, fría y con la mirada perdida esta coronada con el gorro frigio, ocupando el lugar donde alguna vez estuvo la estatua de Luis XV; empiezan a impacientarse hasta que se escuchan los gritos hace su ingreso a la plaza la carreta del verdugo, que tiene como cortejo a un grupo de soldados que los anteceden, en el silencio se escucha los pasos del caballo y el rechinar de las viejas ruedas. La pálida mujer tiene la mirada fija pero a la vez no mira a nadie, pálida no de miedo sino porque en los últimos días ha perdido demasiada sangre; la carreta llega hacia el patíbulo y se detiene, María Antonieta desciende de la carreta y el verdugo sostiene con fuerza la larga cuerda, como si fuera a escapar su débil víctima, tranquila y sin ayuda sube las escaleras del patíbulo con aquel característico paso alado con sus zapatos negros de tacón alto de satén, como si estuviera subiendo las escaleras de mármol de Versalles llega y mira hacia el cielo, el verdugo la empuja hacia el tablero, colocan su cuello bajo el filo de la navaja la cual cae estrepitosamente, con un sonido ensordecedor, en menos de unos minutos el espectáculo se ha consumado Sansón alza su brazo y sostiene de los cabellos la cabeza de María Antonieta que se desangra enseñándola hacia los cuatro lados de la plaza, el silencio se transforma en un salvaje grito “!VIVA LA REPUBLICA!” ¡VIVAAAAAAA!, a todo esto ya es mediodía la gente abandona la plaza es hora del almuerzo, saben que el mismo espectáculo se repetirá todo la semana pero con otros personajes. El cuerpo es colocado en una carreta con la cabeza entre las piernas.


Es llevada al cementerio de Madeleine donde espera a que sea sepultada por semanas, ya que el gobierno revolucionario no se daría el lujo de ordenar el entierro de una sola persona, se tiene que esperar más muertos para cavar la fosa común, donde es colocada y olvidada; Versalles es saqueado, Tullerías destrozado y Trianón se arruina, Hameu se llena de maleza y se pierde en ella; poco a poco lo que amaba María Antonieta desaparece, su pequeño hijo Luis XVII muere en prisión, su hija es prisionera por años, ya nadie recuerda que hubo una Archiduquesa que lo dejo todo por un matrimonio político, nadie recuerda donde fue enterrada, sus cosas son vendidas, su carcelero entra a su habitación recoge sus pertenencias hace un inventario de lo hallado, por ultimo sus vestidos son enviados al hospital y donados a unas ancianas que sin preguntar a quien perteneció se ponen las prendas, en la prisión por semanas se escuchan los ladridos de su mascota que corre por todos lados buscando a su dueña de habitación en habitación, el carcelero conmovido por la pena adopta al pequeño desamparado.



Así pasaron veintidós años sin que nadie recordara a la Reina que había sido ejecutada en la plaza de la Revolución actual plaza Concordia hasta que ascendió al trono otro Borbón Luis XVIII, que tratando de reivindicarse o tal vez porque su conciencia no estaba tranquila ordena la búsqueda de los cuerpos, pero pocos recuerdan donde fueron sepultados y empieza la exhumación en el cementerio Madeleine que había recibido durante la revolución nada menos que mil cadáveres, el único dato que se tenía era que a los cadáveres de la realeza se les había echado cal viva, cavando y cavando se encontró un cajón muy viejo llego de cal y restos de un liguero, era todo lo que quedaba de la que una vez fue MARIA ANTONIETA JOSEFA JUANA DE HABSBURGO LORENA ARCHIDUQUESA DE AUSTRIA, PRINCESA REAL DE HUNGRIA Y DE BOHEMIA, REINA DE FRANCIA Y DE NAVARRA, reina del rococó, ahora solo quedaban un poco de huesos y restos putrefactos como testimonio de aquello que fue en otros tiempos.

Esto sucedió hace 215 años, un 16 de octubre en Paris, aquel día en que María Antonieta perdió la vida, de una manera extraña por el mismo pueblo por el que dejo su hogar.




Con este primer post comienza una serie sobre la vida de María Antonieta la última Reina de Francia, que culminaran el día de su nacimiento el 2 de Noviembre.

2 comentarios:

Francisco Joaquín Marro dijo...

CAL Y RESTOS DE UN LIGUERO...DE LO QUE ALGUNA VEZ FUE LA ROSA DE VERSAILLES.... BUENO, AUN ASI ESE MUNDO NO PODIA MAS CONTINUAR, LA REVOLUCION FUE , SI NO NECESARIA, AL MENOS SI INEVITABLE...ERA LA LUCHA DE LA BURGUESIA CAPITALISTA CONTRA EL FEUDALISMO MERCANTILISTA... ANTOINETTE NACIO EN UNA EPOCA PELIGROSA Y LE TOCO PAGAR PATO.

ESPERAMOS CON ANSIAS TUS POSTEOS SOBRE ELLA.

SALUDOS, YA CORREGI EL DESPERFECTO EN LOS ENLACES.
Y PASATE POR MI PERFIL, HAY UNA SORPRESA, LA PASARELLA

Jacko dijo...

ps si aprovechando el aniversario de su muerte ps quise postear sobre ella, jejeje.

asi que hay Maria Antonieta para rato.