miércoles, 3 de diciembre de 2008

El Matrimonio en Versalles - Maria Antonieta - Cuarta Parte

(Imagen) Palacio de Versalles Siglo XVIII
Capilla del Palacio de Versalles, escena del matrimonio de el Delfin y Maria Antonieta


A pesar de que en Austria se llevo con toda pompa el matrimonio per procurationem, el verdadero se va a realizar en Versalles con la presencia del Delfín Luis Augusto Duque de Berry Delfín de Francia , el 26 de Mayo de 1770 en la capilla mandada a construir por Luis XIV, este suceso es totalmente intimo y familiar solo a personajes aristocráticos le es permitido la entrada, las familias más selectas de Francia son invitadas, claro antes se revisa exhaustivamente su árbol genealógico, que debe contar por lo menos con cien ramas con excelentes enlaces, el Arzobispo de Reims es el que bendice el joven matrimonio, María Antonieta hace su entrada con un hermoso vestido rosa y plata, la misa comienza y se tiende el dosel de plata sobre la pareja, Luis XV firma el contrato matrimonial y tras él en un riguroso orden jerárquico los parientes más cercanos de la familia real, el inmenso pergamino aun existe como testimonio de que fue solo a María Antonieta a la que se le escapo una mancha de tinta, tras la cual todos los invitados murmuraron “mal augurio”; firmo como “MARIE ANTOINETTE JOSEPHA JEANNE” nombre que le dieron los franceses ya que en Austria su madre la llamaba Toinette de cariño y la bautizaron con el nombre de María Antonia Josefa Juana.


Terminada la ceremonia todo es felicidad y regocijo el pueblo celebra, medio Paris se traslada a Versalles llenando sus jardines lo más sorprendente fue por la noche, los imponentes juegos artificiales lo mejor que una corte europea del siglo XVIII pudo ofrecer, dentro del palacio seis mil invitados escogidos entre la nobleza, solo para observar cómo se lleva a cabo el banquete de bodas donde veintidós miembros de la familia real comen mientras ellos parados en silencio recorren la mesa, el fondo musical compuesto por ochenta músicos para tocar la tonadilla de moda; terminado el banquete, atraviesan la doble fila de la guardia francesa que les rinden homenaje a los recién casados, la ceremonia a terminado, se dirigen a su habitación la joven pareja escoltados por el Rey Luis XV y la Duquesa de Chartes ambos entregan respectivamente los camisones de dormir.

Se acercan al lecho de los novios el Arzobispo de Reims para bendecirlo, la corte se retira junto con el Rey y solo se quedan los novios, en el silencio de la habitación, y de la cama, por fin ambos están solos, apenas han cruzado algunas palabras, no se conocen y ya son marido y mujer; pero a pesar de que están casados y que el Arzobispo haya bendecido el lecho, María Antonieta tendrá que esperar un verdadero milagro para que Luis Augusto la haga su mujer realmente como corresponde, esa noche Luis Augusto se queda profundamente dormido y al día siguiente en su diario plasma la famosa palabra “RIEM, Nada”.
(Imagen) Luis Augusto Delfin de Francia, Duque de Berry

María Antonieta es una adolescente a pesar de ese rígido vestido que trae puesto, a pesar del escote osado que luce, su cuerpo apenas está en desarrollo; María Antonieta se convierte en mujer a su llegada en Versalles, en la capilla de este palacio ante Dios es la mujer del Delfín de Francia, pero ante los ojos de toda la corte y del pueblo de Francia no es mujer ni esposa ya que el joven inexperto Luis Duque de Berry Delfín de Francia, no es capaz de hacerla su mujer y ella sigue tan virgen como llego de Austria y así lo será por siete largos y pesados años.

Así empieza una de las etapas que marcaran la forma de ser de María Antonieta, y no solo de ella sino tambien de Luis, su corte y el poder de el antiguo regimen que se debilita frente a sus súbditos.

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